El mensaje de la Iglesia en Pascuas: "Nos duele tanta oscuridad en el plano social"

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina emitió su saludo por la celebración religiosa.

Foto (Gentileza)

En el tradicional mensaje de la Iglesia de cara a la celebración de Pascua, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, en el que sin hacer referencias políticas afirmó que la sociedad atraviesa una etapa de “oscuridad”.

“Ha resucitado Cristo nuestra esperanza. Él es la más hermosa juventud del mundo. Todo lo que toca lo hace joven, lo renueva, lo llena de vida. Él vive y nos quiere vivos. Con estas palabras comienza el Santo Padre esa hermosísima carta sobre el Sínodo de la Juventud; ‘Cristo Vive’. ¿Cuánto necesitamos de la esperanza de esta Pascua?”, comienza el mensaje de Ojea que se difundió mediante un video en YouTube.

Y luego agrega: “En un mundo lleno de desaliento, de tristeza, de desánimo, de falta de esperanza, y muy particularmente en la sociedad argentina en la que vivimos, nos duele no poder tener logros comunes. Nos duele tanta oscuridad en el plano social, tanta sombra. Y sin embargo Cristo resucito y esto quiere decir ‘Te cambio el corazón y apuesto por vos, sigo creyendo en vos’”.

Aunque no hizo referencia a la situación económica del país, el mensaje de Ojea alertando sobre el “plano social” llega a días de que el INDEC confirmó un aumento de la pobreza, en la actualidad de 32%, que afecta a 14 millones de argentinos. Esa cifra se incrementó más de 6% en un año.

“Nos vamos sosteniendo mutuamente en la esperanza. Tenemos que mirar con admiración la de los más pobres que se levantan todos los días para ganar el pan con el sudor de su frente y también con el sudor del corazón si pensamos en las condiciones de trabajo tan injustas que vivimos, tan lejanas en algunos casos a la dignidad de las personas”, añade.

Asimismo, expresó: “Pidamos con humildad para todos la virtud de la esperanza que tanto necesitamos para vivir y a la que nos alienta tanto la mirada de un niño, el nacimiento de un niño. A nosotros nos sostiene en la esperanza la resurrección de Jesús porque los cristianos no somos vendedores de fantasía; somos testigos de esperanza y con esta nueva luz, con esta nueva fuerza, le pedimos al Señor con humildad poder transformar este mundo que nos toca vivir y hacerlo más justo, más fraterno, más humano y cristiano”.