ANMAT APROBÓ LA PLANTA DE PRODUCCIÓN DE CANNABIS MEDICINAL EN JUJUY

Anmat aprobó la planta de producción de cannabis medicinal en Jujuy. Se trata de Cannava, la sociedad del estado jujeño que, a partir de la resolución de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica se convirtió en la primera planta para elaboración de fármacos en base a cannabis aprobada de Argentina.
 

Cannava, creada por el Estado jujeño en 2018, comenzó con el armado del cultivo a gran escala y la estabilización de genéticas. Posteriormente, a partir de materia prima propia, avanzó en la elaboración de un aceite rico en CBD estandarizado.
 
A finales de 2021, el aceite Cannava CBD10 comenzó a comercializarse en las farmacias provinciales. La decisión se amparó en la ley provincial destinada a la regulación del cannabis medicinal. Desde entonces, el producto puede conseguirse a partir de una receta emitida por un profesional de la salud de la provincia.
 
Sin embargo, la empresa jujeña necesitaba esta aprobación del ANMAT -que certifica la estabilidad del aceite- para avanzar en una distrubición a gran escala que ya no apuntará solo a las farmacias y hospitales jujeños, sino a los del resto del país.
 
Para poder dar ese paso hacia la nacionalización y la eventual exportación, es necesario aún un paso clave: la reglamentación de la ley que da marco legal a la industria del cannabis medicinal y el cáñamo.
 
La ley, aprobada por el congreso argentino, se encuentra en el tramo final de la reglamentación que derivará en la creación del primer organismo nacional destinada a regular el cannabis: la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICAME).
 
Cannabis medicinal en Jujuy
Con la sanción de la ley nacional de cannabis medicinal en 2017, Jujuy fue la primera provincia que puso en marcha su propio proyecto de investigación, lo que tuvo como centro la puesta a punto de su esquema productivo.
 
Ya en febrero de 2020, Cannava sociedad del Estado jujeño, mostró por primera vez su cultivo. En ese momento, aseguraron que la primera producción legal de aceite estaría lista en pocos meses. El objetivo: desarrollar un programa terapéutico local y suministrar extractos de cannabis en el sistema público de salud provincial.
A finales de ese año, el gobierno jujeño anunció oficialmente la inauguración de su Laboratorio de Investigación, Desarrollo e Innovación. Allí comenzaron a producir el aceite que finalmente fue aprobado por las autoridades nacionales.
 
De esta manera Jujuy se transformó en el primer estado provincial en producir un aceite 100% nacional, desde la materia prima hasta el frasco. De hecho, y en el marco del impulso dado por el Instituto Nacional de la Semilla (INASE) al registro de variedades de cannabis, el estado jujeño anunció que buscaría la total autonomía de su producción a partir del desarrollo genético propio.
 
“Cannava pasa a ser un actor de peso a nivel global. Estamos preparados para cubrir la demanda nacional y nos dirigimos a ser el principal exportador de Latinoamérica”, asegura Gastón Morales, presidente de la empresa estatal.
 
Para Morales, la resolución de ANMAT es un paso clave. “Esta habilitación puede impactar también en la maduración de los diferentes sectores y actividades que engloba la naciente industria nacional del cannabis”, sostiene con la vista puesta más allá de lo que está pasando en Jujuy.
 
“Se va a intensificar el desarrollo de la cadena de proveedores locales y nacionales en relación a la tecnología e insumos que requiere nuestro proceso productivo, marcado por el horizonte de expansión de nuestro desarrollo”, proyecta Morales.
 
Por razones como estas, el objetivo de un proyecto productivo propio y autónomo ya es prioridad en otras provincias como La Rioja, San Juan, Corrientes y Misiones. Un esquema en el que también buscan hacer su aporte laboratorios públicos prestigiosos, como en el caso de Santa Fe que también cuenta con un proyecto productivo local.
 
Ley de cannabis medicinal en Argentina
 
La ley de cannabis medicinal (27.350) fue aprobada a comienzo de 2017. A partir de ese momento, se habilitaron exclusivamente proyectos de investigación relacionados al cannabis para uso medicinal.
 
En ese contexto comenzaron avances como los de Jujuy y las otras provincias mencionadas. A su vez, generó convenios públicos privados y desarrollos en universidades públicas.
A finales del 2020, el Poder Ejecutivo nacional, a través del Ministerio de Salud de la Nación, impulsó e implemento una nueva reglamentación para garantizar el derecho al cultivo y el cultivo solidario a través de la inscripción en el Reprocann.
 
En paralelo, también el Ejecutivo nacional, puso a debate un proyecto de ley para regular no solo la industria del cannabis, sino también del cáñamo.
 
El objetivo de la ley, que está en proceso de reglamentación, es proveer un marco normativo para que aquellos proyectos de investigación públicos, público privados y también los emprendimientos privados, puedan formar parte de un mercado regulado de derivados del cannabis, tanto a nivel nacional como internacional.
 
En este contexto, diferentes organismos del Estado comenzaron a realizar diferentes aportes clave. Uno fue el impulsado desde el INASE, dando el puntipié inicial a un mercado legal de semillas. Otro provino del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) que dio impulso a lógicas cooperativas para que pequeños productores empiecen a tener su lugar en el nuevo escenario.
 
De hecho, Argentina ya cuenta con semillas aprobadas para su venta y con cooperativas para la producción de esas semillas. Todo en el marco de lo que permite la ley de nacional para el cannabis medicinal.
 
En ese sentido, aún diferentes organizaciones de la sociedad civil y otros actores de peso sostienen la importancia de dar el siguiente paso: la regulación integral del cannabis para todos sus usos. Un hecho que garantizaría derechos elementales a personas usuarias y cultivadoras, al tiempo que sería otro gran impulso para la naciente industria nacional del cannabis.
 
Fuente: Revista THC