En una alarmante escalada del conflicto, Moscú utilizó un misil balístico intercontinental, junto con otras armas avanzadas, en un ataque contra la ciudad de Dnipro. Kiev confirmó daños en instalaciones industriales y un aumento de tensiones diplomáticas.
Rusia disparó un misil balístico intercontinental (ICBM) contra Ucrania, marcando un nuevo nivel de agresividad en la guerra que comenzó en febrero de 2022. El ataque tuvo lugar entre las 5:00 y las 7:00 de la mañana del jueves y se dirigió a la ciudad de Dnipro, en el centro-este del país, según confirmó el ejército ucraniano.
Además del ICBM, las fuerzas rusas lanzaron un misil hipersónico Kinzhal y siete misiles de crucero Kh-101. Las defensas antiaéreas ucranianas lograron interceptar seis de los misiles de crucero, pero no pudieron neutralizar el misil balístico ni el hipersónico, considerados los más avanzados en el arsenal ruso. Inicialmente, no se reportaron víctimas, aunque hubo daños en instalaciones industriales, según las autoridades de Dnipropetrovsk.
El ataque se produjo un día después de que Estados Unidos y otros países occidentales cerraran sus embajadas en Kiev por el temor a un ataque masivo ruso. En paralelo, el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber derribado dos misiles Storm Shadow británicos, mientras el Kremlin responsabilizó a Occidente de intensificar las hostilidades.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, evitó comentar sobre el uso del misil balístico intercontinental, pero reiteró que Rusia está haciendo “máximos esfuerzos” para prevenir un conflicto nuclear. Sin embargo, las amenazas nucleares del presidente Vladimir Putin y los recientes ataques de ambas partes aumentan la incertidumbre sobre el futuro de la guerra.