El organismo estadístico precisó que hubo un alza nominal del conjunto de los salarios del 2,7% respecto de agosto. Así, quedaron muy por debajo de la inflación, que en el noveno mes marcó el pico anual del 5,9%, y perdieron 3% en términos reales.
Pese a que el deterioro fue generalizado, no todos los sectores lo sufrieron por igual. Entre los asalariados privados formales, la caída mensual fue del 3,1% y en términos interanuales acumuló 5,9%. Por el ingreso de una cuota de aumento de algunos convenios, los empleados públicos tuvieron una baja apenas más leve: 2,2% y 5,6%, respectivamente.
De esta forma, el sector registrado totalizó un retroceso real en su poder adquisitivo del 2,7% mensual y del 5,8%. Con esta caída, los salarios formales acumulan un derrumbe real del 19,2% entre noviembre de 2015 y septiembre pasado (deflactado por el IPC-CABA). De acuerdo al índice Ripte de la Secretaría de Seguridad Social, que ya se actualizó hasta octubre, el desplome acumulado es del 20,1%.
Pero sin dudas la peor parte se la llevaron los trabajadores informales, que no tienen representación gremial y son más vulnerables a las situaciones de crisis. Según el Indec, sólo en el noveno mes perdieron 4,2% y en términos interanuales, 14%.
Será muy importante seguir de cerca la evolución de los salarios de este sector: si continúan las caídas abruptas en el último trimestre, se reflejarán en un nuevo deterioro de los indicadores sociales ya que los asalariados no registrados son, en general, los más cercanos a la línea de pobreza, hoy ubicada en un 35,4%.
"En los meses que siguen de 2019 los salarios se seguirán resintiendo de la mano de aumentos en distintos servicios de uso generalizado, como la telefonía, la nafta y la salud", proyectó la analista de la consultora LCG Julia Segoviano.