POBLACIONES ESPECIALES: Niños y adultos

Hipertensión arterial en la infancia y adolescencia

Artículo redactado por
Dra. Sonia Costantini, Especialista Universitaria en Cardiología

La prevalencia de hipertensión arterial en los niños se estima en el 1-3% y en la
adolescencia de alrededor del 4.5%. La presión arterial aumenta a medida que el niño crece
y la presión arterial se define en base a los percentiles para edad, sexo y talla. Se considera
una presión normal cuando es menor al percentil (PC) 90 para edad, sexo y talla.

Todos los niños deben tener medida su presión arterial, siendo la técnica igual a la de los
adultos, teniendo en cuenta que en general se comportan ansiosos e inquietos al momento
del examen físico. Es necesario establecer una buena relación con el niño y que entienda
que no va a tener o sufrir dolor durante el examen, esto logra relajarlos y permite hacer un
examen adecuado.

Múltiples factores están en relación al desarrollo de hipertensión en los niños, entre ellos
los factores genéticos juegan un rol importante. Se ha reportado que los hijos normotensos
de padres hipertensos, tienen niveles de presión arterial más elevados en las horas
escolares, una exagerada respuesta al ejercicio y una elevación mayor ante los cálculos
matemáticos o stress mental, esto nos obliga a tomar medidas preventivas inmediatas.

Otras condiciones para el desarrollo de hipertensión en los niños, son el bajo peso al nacer,
la obesidad, los trastornos del colesterol o dislipemias, la diabetes, el tabaquismo
(especialmente en adolescentes), el nivel socio-económico, las dietas con alto contenido de
sal o la presencia de enfermedades con mayor riesgo de hipertensión a largo plazo, como
algunas cardiopatías congénitas (coartación de aorta) o el síndrome urémico hemolítico.


 

En el caso de confirmar este diagnóstico, los estudios a realizar se basan en la edad del
niño, los antecedentes personales la historia familiar y los hallazgos en el examen físico.
El tratamiento no farmacológico consiste en cambios en los hábitos de vida, evitar el
sobrepeso, disminuir el consumo de sal en las dietas del grupo familiar, evitar el cigarrillo,
aumentar el contenido de frutas y vegetales en las dietas, consumir productos lácteos
descremados y estimular la actividad física desde edades tempranas.
El tratamiento farmacológico (es decir, utilizando drogas específicas) debe iniciarse si no se
obtienen respuestas con las medidas dietéticas previas.

HIPERTENSION EN ADULTOS MAYORES

Sabemos que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en
mayores de 65 años.

La prevalencia de hipertensión arterial aumenta con la edad y en los pacientes mayores de
65 años, se presenta entre un 60 a 70%. Con la edad se produce una disminución de la
distensibilidad (medida de elasticidad) de las arterias, los que genera que predomine
hipertensión arterial a predominio de los valores sistólicos o máximos y una disminución de
los valores diastólicos o mínimos.

Una idea equivocada, es escuchar que los pacientes añosos tienen “normalmente” presiones
más elevadas. Todos los datos publicados evidencia que el control y el tratamiento de la
hipertensión arterial en añosos, no solo es efectivo, sino también beneficioso. El concepto
de que los ancianos toleran valores más altos de presión arterial que los jóvenes es un dato
equivocado. Sabemos que por cada 10 mmHg de disminución de la presión arterial sistólica
y por cada 5 a 6 mmHg de disminución de la diastólica, se reduce en un 45% el riesgo de
accidente cerebrovascular (ACV), se reduce la enfermedad coronaria en cerca del 20% y la
mortalidad global disminuye en alrededor del 15 %.

Podemos ver además, cierta variabilidad en los valores de presión arterial en los añosos,
que a veces puede complicar el diagnóstico y el tratamiento, estas variaciones pueden ser
espontaneas o deberse a cambios posturales o la ingesta de alimentos. En aquellos pacientes
con antecedentes de diabetes, Parkinson o historias de sincopes o caídas, es importante
medir la presión arterial en posición acostado y de pie, para evaluar estos cambios
posturales antes de ajustar los tratamientos.

La estrategia en los pacientes añosos consiste:
1- Educar el paciente y la familia.
2- Modificar los hábitos de vida
3- Iniciar el tratamiento farmacológico adecuado.


Dra. Sonia Costantini
Especialista Universitaria en Cardiología
Magíster de Ultrasonido en Cardiología.
Federación Argentina de Cardiología.
Chacabuco 1734 General Roca