Molineros consideran que podrían incrementar un 16,6% el empleo en su sector

Aseguran que la presión tributaria frena una actividad industrial clave para el país

Foto (Gentileza)


La proeza de generar empleo a corto plazo es una llave que podrá abrir la puerta de salida a la crisis económica y social del país. Principio básico que sustentan núcleos industriales de la Argentina, entre ellos la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM). Su titular Diego Cifarelli consideró que a mediano plazo ese sector podría incrementar un 16,66% el universo de 30.000 puestos de labor directos que poseen.

El refuerzo en su evaluación remarcó que los molineros cuentan con las maquinarias e instalaciones para elevar su producción y un "círculo virtuoso" intensivo de trabajo se amplificaría a servicios y actividades que indirectamente constituyen distribución, transporte, comercialización y otros segmentos de este mercado.

Para datos coyunturales en el escenario laboral, la convergencia de empresas y sindicatos se puede considerar aceptable y con buen margen de diálogo. En una charla con BAE Negocios, Cifarelli explicó: "Los molinos cuentan con la capacidad de producción para abastecer a tres Argentinas. Y acotamos que es muy difícil que nuestro país pueda requerir más harina de la que consume hoy", resaltó. Léase hay base real para generar una mayor exportación y por allí llegaría la mayor cantidad de puestos de trabajo.

Los empresarios molineros formaron parte de la mesa por el Compromiso Argentina Solidaria (CAS) que rubricó un acuerdo junto a otros sectores patronales, sindicatos y el Gobierno. Amén de esa rúbrica poseen gestión con carteras específicas de la Casa Rosada para traccionar acuerdos. Cifarelli remarcó que el empleo directo en molinos registra a 30.000 trabajadores. "Con todas las actividades accesorias o vinculadas la cifra se extiende hasta los 100.000. La cadena de trigo, desde su origen pasando por el exportador o acopio, el molino y llegando a la segunda industrialización supera los 200.000 empleos".

El lapso de tiempo para lograr esa mejora de puestos de trabajo amerita frenos impositivos, lamentó. "La mochila, por decirlo de alguna manera gráfica, aparece desde la crisis económica como a la falta de reintegro de impuestos y las retenciones. En comparación internacional el incremento de los costos llega al 22% por encima de otras naciones productoras", subrayó el titular de la FAIM.

En hipótesis optimista respecto a la producción de un millón de toneladas, los molineros aseguran que podrían duplicar esa cifra de "acordar" con el Estado que ese suba estuviese libre de imposición fiscal. Cifarelli consideró que hay datos duros que avalan la percepción de mejora: "1.300.000 toneladas se exportaron en 2009 y en 2011, allí se conquistaron mercados que parecían imposibles, y en los últimos tiempos se perdieron otra vez".

Para actualizar conceptos la FAIM también reveló que la posibilidad de trabajo no solo es patrimonio de la Pampa Húmeda: "Existen hoy más de 100 molinos en actividad incluidos el sur de y noroeste. Y constituimos un motor industrial de otras actividades como la fideera, panificados, galletitas y más", reseñó Cifarelli.

Ultimo párrafo para un punto no económico pero de incidencia en el mercado "la demonización de las harinas". La FAIM lo califica como despropósito y desconocimiento. "No existe investigación científica fehaciente respecto a lo que aseveran algunos nutricionistas. El alimento en base al trigo es molinario, más allá de complicaciones como el celiaquismo y la ingesta de gluten, pero de ahí de comparar a un producto que entre otros alimentos ayudó a que millones de personas no mueran de hambre con drogas o el tabaco es de mínima agresivo", lamentó el titular de la FAIM. BAE