“Si uno toma los indicadores, más allá de cualquier posicionamiento político, el indicador que tomes, nivel de empleo, nivel de actividad industrial, el poder adquisitivo de los salarios, en el año 2015, estábamos muchísimo mejor de lo que estamos ahora”, sostuvo el economista, basándose tanto en los datos oficiales del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) como en las comparativas de las consultoras privadas, “no hay una sola que en términos comparativos, diga que ahora estamos mejor de los estábamos en ese año”.
Para Schpoliansky el 2018 ha sido de los últimos años, el peor de todos, “cualquier indicador económico que uno tome, sea de actividad económica, sea inflación, sea pérdida de poder adquisitivo, cualquier indicador de la economía que uno tome, nos remonta a los años 2001, 2002”, años de la crisis argentina más importante de los últimos 100 años.
A este contexto se sumó la vuelta al Fondo Monetario Internacional con los condicionamientos que esos acuerdos implican para la economía de cualquier país. De este modo, hemos cerrado el 2018 con una pérdida del poder adquisitivo del salario del 18%, de las jubilaciones del 20%, con una capacidad de maquinaria utilizada del 56%, eso implica que de cada 10 máquinas se utilizaron 5, y una caída de la industria del 14,7%, este escenario, marca para Schpoliansky que “la economía argentina va decreciendo, va girando hacia atrás, ha empezado a haber pérdida de puestos de trabajo, industria automotriz y textiles se han visto muy perjudicada, eso en general sumado al fuerte endeudamiento externo que el año pasado llego casi a 160 mil millones de dólares entre el FMI y la colocación de letras, títulos y otro tipo de colocación de deuda pública, coloca a la argentina para este año 2019, en una situación bastante compleja de poder cumplir con todos los compromisos sobre todo con el sector externo”.
Esperamos, según el economista, un año complejo, con las particularidades de que es un año electoral. El gobierno que venga, va a heredar “realmente ahí sí, una pesada herencia, sea del signo político que sea”, agrego Schpoliansky, “quien gane deberá reconvenir las condiciones de devolución del préstamo con el Fondo y empezar efectivamente a diseñar una política económica, monetaria, fiscal, que permita reactivar el consumo interno y por supuesto ese famoso déficit cero, en términos de déficit fiscal revisarlo en una primera instancia porque sino el ajuste es brutal, cuando nos piden déficit cero, cuando tenemos índices altos de pobreza estructural e indigencia es muy complejo poder aplicar ese objetivo”.