Sífilis: se triplicaron los casos en Roca y Salud trabaja en la prevención

Los casos de contagio se presentan en personas de todas las edades.

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A raíz de las elevadas conductas de riesgo y el aumento de casos de sífilis en Río Negro y en Argentina, se recuerda como medida principal la necesidad del uso del preservativo.

Esta medida de prevención es fundamental ya que es la única manera de prevenir este tipo infecciones que al día de hoy se encuentran vigentes y son muy frecuentes.

La médica infectóloga del Hospital de General Roca, María Laura Ulzurrun, explicó que los casos de esta enfermedad se triplicaron con respecto al año pasado, y que los casos de contagio se presentan en personas de todas las edades, incluyendo a adolecentes debido a su inicio temprano en las relaciones sexuales.

En relación a los síntomas, la médica destacó que muchas veces las señales son silenciosas, sobre todo en la mujer, porque la primera lesión de la sífilis llamada chancro es una llaga que, al ser interna y no ser dolorosa, no queda a la vista. Esta lesión se cura pero la enfermedad no, el microorganismo queda dentro del cuerpo donde se disemina y luego produce lesiones en piel. Esta etapa se llama sífilis secundaria.

En el caso del hombre, muchas veces por pudor u otras razones particulares, no se consulta. “Este chancro por lo general es visible porque en el pene se puede observar y tampoco duele.  Nuevamente, se cura sola pero la enfermedad sigue ahí”, explicó la médica.

También es muy importante la prevención en mujeres en edad fértil de embarazo ya que corren el riesgo de una sífilis congénita, lo que puede producir desde parto prematuro, abortos o malformaciones en los bebés.

“La falta de uso del preservativo puede llevar no solamente al contagio de sífilis, también esta aparentado el riesgo de VIH, hepatitis B, entre otras”, agregó Ulzurrun.

Qué es
La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria espiroqueta Treponema pallidum. Esta infección se manifiesta en la zona genital, los labios, la boca o el ano, entre otras zonas, y puede producirse tanto en hombres como en mujeres.
En términos generales, se suele contagiar al mantener relaciones sexuales con una persona infectada o, en el caso de los bebés, si su madre la tiene durante el embarazo.

Causas
La bacteria Treponema pallidum causa la infección al penetrar en la piel o en las membranas mucosas con soluciones de continuidad que, por lo general, se localizan en los genitales.

Esta enfermedad puede ocurrir en cualquier zona del mundo, siendo más común que aparezca en las zonas urbanas. En los últimos años está aumentando más rápidamente en los hombres homosexuales.

 La población con más riesgo de contraerla está entre los 15 y 25 años  pero en la actualidad el organismo humano no puede combatirla. 


Síntomas
Los síntomas se dividen en 3 fases:

Primera fase
En la primera etapa de la enfermedad, aparece una llaga en la zona donde se originó el contagio, pero es probable que existan más. En términos generales, esta llaga es dura, redonda e indolora y por esta última característica suele pasar desapercibida para el paciente.

Estas llagas suelen durar entre 3 o 6 semanas en el cuerpo y se curan independientemente de que se reciba el tratamiento o no, ya que, si aparecen estas llagas, es fundamental que el enfermo acuda al especialista para evitar que la infección pase a la segunda etapa.

Segunda fase
En la fase secundaria son comunes las erupciones en la piel e incluso la aparición de llagas en la boca, la vagina o el ano, también denominadas lesiones de la membrana mucosa.

Estas erupciones pueden aparecer cuando la llaga inicial se está curando o han pasado varias semanas desde que desapareció y se caracterizan por un aspecto de punto duro, de color rojizo o marrón que se localiza en la palma de las manos o en la planta de los pies.

Normalmente no causan picores y en muchas ocasiones son tan poco visibles que es probable que el paciente no perciba que las tiene.

Otros síntomas de esta fase pueden ser: fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida parcial del pelo, dolor de garganta y de cabeza, pérdida de peso o dolor muscular y fatiga.

Tercera fase
La fase latente y avanzada comienza cuando los síntomas anteriores han desaparecido y, en el caso de no haber recibido tratamiento, es probable que el paciente siga estando infectado sin presentar ningún síntoma.

Esta fase se desarrolla entre los 10 y 30 años después de haberse contagiado y sus síntomas más comunes son: dificultad a la hora de coordinar los movimientos, parálisis en ciertas partes del cuerpo, entumecimiento, demencia y ceguera.

Si la enfermedad está muy avanzada puede dañar órganos internos y causar la muerte.