Las empresas se reconvierten y adaptan sus negocios por el coronavirus

Pymes como grandes empresas, de distintos puntos del país y de los rubros más variados, advirtieron en la crisis una oportunidad productiva y decidieron reconvertir sus operaciones para pasar a fabricar respiradores, cabinas sanitizantes, máscaras, protectores para taxis, entre otros productos.

Por Laura Luz Ojeda

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Un importante número de empresas se vieron en los últimos dos meses obligadas a reconvertir o adaptar sus negocios frente al nuevo escenario existente en el país por las medidas de aislamiento obligatorio impuestas para morigerar el avance del coronavirus.

Pymes como grandes empresas, de distintos puntos del país y de los rubros más variados, advirtieron en la crisis una oportunidad productiva y decidieron reconvertir sus operaciones para pasar a fabricar respiradores, cabinas sanitizantes, máscaras, protectores para taxis, entre otros productos.

Desde Córdoba, la pyme familiar MAPSA que producía -desde hace 38 años hasta el inicio de la cuarentena- mazos de cables principalmente para la industria automotriz, maquinarias agrícolas y electrodomésticos, se volcó con intensidad a un proyecto que empezó a bosquejar en diciembre pasado: la elaboración de cables de conexión para proveer a una empresa de respiradores instalada en la provincia.

"En diciembre tomamos ese proyecto que era muy chiquito y que fue como una prueba. Era desarrollar una parte del cableado de respiradores y en un volumen muy incipiente", relató a Télam Jésica Pirlo, CEO de MAPSA.

Con esta experiencia inicial, la firma incluyó dentro de su cartera de clientes a TECME, otra firma cordobesa líder en la región en la fabricación de respiradores artificiales exclusivamente para exportación que, a partir de la pandemia, no solo incrementó en más del 200% su producción sino que la destina únicamente al mercado local.

De esta forma, en los meses de aislamiento total y con las terminales cerradas las líneas de producción se aggiornaron y se capacitaron a los empleados en las nuevas tareas para abastecer a otro sector que ya quedó sumado como un nuevo brazo de negocios.

El Grupo Libson aprovechó su experiencia en la fabricación de material para punto de venta, y comenzó hace cinco semanas a producir productos para la protección del coronavirus, como por ejemplo cabinas sanitizantes, máscaras, protectores para taxis, y dispensers de alcohol en gel para los comercios, cuya finalidad es poder afrontar la crisis de la mejor forma posible, garantizando la empleabilidad y cuidando a todos aquellos que se ven expuestos.

Con una producción de más de 50.000 máscaras diarias en la planta de La Tablada, abastece no solo al mercado doméstico sino que además exporta a Brasil, Chile y Estados Unidos.

"En toda crisis hay una oportunidad, y con esfuerzo y compromiso pudimos reinventarnos para mantener en pie el trabajo de más de 50 años", explicaron desde la compañía.

Las electrónicas de Tierra del Fuego también encontraron la veta para agregarle una nueva línea de negocios al que ya tenían mientras las fábricas permanecieron cerradas.

Hoy, a medida que la producción se retoma, el negocio quedó como un agregado de valor.

Newsan, a partir de la necesidad propia de adaptar la fábrica de Tierra del Fuego y las oficinas comerciales de Capital a los nuevos protocolos de salud, inició la importación de cámaras para medir la temperatura corporal.

"Hoy tenemos más de 200 presupuestos presentados y 10 proyectos en marcha pero pueden ser miles, en función de como se vaya desarrollando la pandemia", explicó a Télam Hugo Gismondi, gerente de Seguridad y Seguros de Newsan.

Gismondi destacó además que el sistema permite el control de 16 personas de manera simultánea, con lo cual presenta una posibilidad para el control en centros comerciales o para grandes reuniones de público.

La cámara determina la temperatura y de encontrar alguna anomalía deriva un mail al empleado y al área de recursos humanos para advertir la situación.

Por su parte, las fábricas del grupo Mirgor, con cuatro plantas en el parque industrial de la ciudad fueguina de Río Grande, anunciaron en la semana que comenzarán a producir 1.000 respiradores mensuales para abastecer al Ministerio de Salud.

A nivel de grandes empresas la adaptación llegó con alianzas como la de Unilever y General Motor, dos pesos pesados en el mundo.

En Argentina, la compañía de consumo masivo (en alimentos y productos de higiene) convocó a empresas, de las cuales la automotriz General Motors fue la primera en sumarse con su planta en Alvear, a incorporar de forma temporal parte de su nómina de operarios a la planta en Santa Fe.

A nivel más micro, la adaptabilidad incluso llegó a empresas de servicios.

La inmobiliaria Algelt resolvió durante el plazo del aislamiento social y obligatorio y con las persianas de los locales bajas, reconocer a sus clientes ofreciéndoles un servicio de mensajería gratuito.

"Para nosotros no fue un costo, fue una inversión de fidelización con nuestros clientes y además sumarnos la vocación de servicio que requiere esta pandemia", sintetizó Francisco Altgelt, vicepresidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios.