“Siempre que hay un sismo, hay un pozo de extracciones a menos de 15 kilómetros”

Así lo expresó Javier Grosso, profesor e investigador del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) e integrante del Grupo Interdisciplinario de Estudios Ambientales. Aseguró además que el sismo de 4.2 grados detectado en Neuquén se trata de un ”fenómeno reciente en un lugar en donde no había sismos”.
 

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El lunes pasado, cerca de las 13.30 hs, un sismo de 4.2 grados se sintió con fuerza en la ciudad de Neuquén y alrededores. También informaron que pudo sentirse en algunas localidades de Río Negro como Cipolletti y Roca.

El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) confirmó que el sismo fue superficial, a una profundidad de 7 kilómetros, y tuvo su epicentro a 16 kilómetros al este de la localidad de Sauzal Bonito, a 57 kilómetros al noroeste de Neuquén.

Javier Grosso, profesor e investigador del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) e integrante del Grupo Interdisciplinario de Estudios Ambientales, en diálogo con Medios del Aire aseguró que se trata de un “fenómeno reciente” y que lo llamativo del suceso es que “en un lugar que no había sismos, ahora los hay”.

En referencia a esto, Grosso señaló que, según datos del INPRES, hasta el año 2015 no se registraron sismos en cercanías de Añelo y Causal Bonito, y a partir de noviembre de 2015 hasta hoy se han registrado más de 250 sismos.  Solo en enero del 2019, llegaron a registrarse 80 sismos.

“Todo el país está sobre la placa tectónica llamada Sudamericana, y toda la Cordillera tiene sismos y el 97 por ciento tiene profundidad superior a los de 80, 90 o 100 kilómetros. Pero en el caso de Vaca Muerta, de los 250 registrados desde 2015, casi el 80 por ciento no superan los 10 kilómetros de profundidad”, explicó el investigador y docente de la UNCo.

“Cuando empezamos a analizar los datos a partir de un sismo referencial, nos encontramos con que siempre había un pozo a menos de 5, 10 o 15 kilómetros”, aseguró.

Consultado por el accionar de las empresas extractivas,  aseguró que solo una empresa manifestó públicamente que podía no generar sismos. Además, contó que “en junio de este año la empresa Shell tuvo que suspender preventivamente sus operaciones por riesgo de sismo, y ese fue el primer reconocimiento oficial de en donde una empresa tuvo que frenar sus pozos, porque en cercanías de los pozos donde estaban fracturando, porque entre el primero de junio y el 6 de junio, ocurrieron 20 sismos”.

“Hay intereses económicos muy importantes por eso no se ha hecho público lo que sucedió”, concluyó.