Desde el mes de mayo, los productores que se encuentran en las islas de Cervantes sufren inundaciones por las crecidas del río Negro, consecuencia de la liberación de agua por parte de las hidroeléctricas para generar electricidad.
Marcos contó que no hay más pasto para los animales en los islotes porque el agua les llega “hasta la cintura”, están mal comidos y muchas chivas a punto de parir, lo que pone en riesgo la vida de las crías. La única forma de trasladarse es con botes o lanchas con los que no todos los productores cuentan.
Además, el trabajador explicó que no se puede volver a producir en esas tierras hasta que se seque y le preocupa las pérdidas que están teniendo ya que cada año suele inundarse entre 10 y 15 días pero ahora están desde mayo bajo agua.
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