El gobierno proyecta que la inflación de julio será la más baja del año, con expectativas de que el IPC se mantenga por debajo del 4,2%. La desaceleración de precios refleja un cambio positivo en la economía, mientras que las consultoras privadas mantienen cautela ante posibles incrementos en alimentos.

El índice de precios al consumidor (IPC) de junio en Argentina registró un aumento del 4,6%, según el INDEC, lo que representa un leve repunte respecto a mayo. Sin embargo, las proyecciones del Banco Central para julio son optimistas, con expectativas de una inflación de solo 3,7%, la más baja del 2024 hasta ahora.
El ministro de Economía, Luis Caputo, destacó ante inversores que “julio va a tener la inflación más baja en lo que va del año”, y subrayó que la economía está comenzando a mostrar signos de recuperación. Caputo también mencionó que “lo más difícil ya se hizo”, refiriéndose a los avances en superávit fiscal, energético y cuasi fiscal.
A pesar de este panorama alentador, las consultoras privadas se muestran más cautelosas. Algunas advierten que el rubro de alimentos podría experimentar un aumento significativo, lo que impediría que la inflación mensual descienda por debajo del 4%. Sin embargo, otras consultoras como PriceStats han registrado una caída de la inflación al 2,6% al día 22 de julio, el nivel más bajo desde diciembre de 2021.
El Gobierno también enfrenta el desafío de ajustar los precios de sectores clave como electricidad, gas y transporte, que aún no han alcanzado niveles de equilibrio. Aun así, las expectativas de una inflación más baja para el segundo semestre del año generan cierto optimismo en los mercados y entre los consumidores.
En el horizonte, el Gobierno sigue comprometido con la meta de alcanzar una inflación “cero” antes de fin de año, según las declaraciones de Caputo, quien también ha mencionado la posibilidad de una deflación. Sin embargo, este objetivo dependerá de múltiples factores, incluyendo el comportamiento de la economía global y las políticas internas de ajuste.
