El tipo de cambio oficial sube al 2% mensual, mientras que los precios crecen al doble. Los expertos señalan los efectos que esta situación tendrá en el comercio exterior, el turismo y las reservas del Banco Central.
La inflación en Argentina lleva cuatro meses sin poder quebrar el umbral del 4% mensual, mientras el tipo de cambio oficial solo se ajusta al 2%. Esta dinámica ha profundizado el retraso del dólar frente a los precios, lo que genera preocupación entre los analistas. A pesar de las expectativas del Gobierno de reducir el ritmo inflacionario al 2% hacia el último trimestre del año, los expertos privados desconfían de que esto sea factible en el corto plazo.
El desfasaje entre la inflación y el ajuste del tipo de cambio genera varias distorsiones en la economía. Uno de los efectos más notables es el incentivo para que los argentinos planifiquen sus vacaciones en el exterior, particularmente en destinos como Brasil, que ha experimentado una devaluación en su moneda. Esto se debe a que los costos de viajar al extranjero se tornan más accesibles para los ciudadanos, en comparación con los precios domésticos.
Por otro lado, en el sector comercial, la apreciación del tipo de cambio real, que ha sido clave para la baja en la inflación, podría tener consecuencias negativas a largo plazo. La consultora Grupo SBS advierte que una continuidad prolongada de este esquema podría desincentivar las exportaciones, ya que los productores esperarían mejores condiciones para vender en el futuro, mientras que las importaciones aumentarían debido a un tipo de cambio más favorable.
Las reservas del Banco Central se verán afectadas por este desbalance comercial. Con un tipo de cambio que no acompaña la inflación, los exportadores retrasan la liquidación de sus productos y los importadores aprovechan las condiciones más ventajosas. Esta situación podría poner aún más presión sobre las reservas netas del país, que ya se encuentran en niveles negativos, según diferentes análisis.
A pesar de los intentos del Gobierno por reforzar el ancla cambiaria, como la reciente reducción del impuesto PAIS sobre las importaciones, los expertos señalan que el traslado a los precios no ha sido lo suficientemente amplio. A menos que la inflación mensual logre perforar el 4%, las medidas tomadas hasta ahora podrían no ser suficientes para evitar mayores tensiones en la economía argentina.