El periodista Emiliano Gatti recibió una sentencia de seis años de prisión por tenencia y facilitación de imágenes de abuso sexual infantil. La pena no es inmediata, ya que la sentencia puede ser impugnada. Gatti seguirá en libertad bajo medidas cautelares estrictas.
El conductor de televisión Emiliano Gatti fue condenado este lunes a seis años de prisión efectiva por un tribunal de General Roca, integrado por los jueces Luciano Garrido, Emilio Stadler y Verónica Rodríguez. La sentencia es el resultado de su declaración de responsabilidad en los delitos de tenencia y facilitación de imágenes de abuso sexual infantil. La pena no se hará efectiva de inmediato, ya que la sentencia aún puede ser apelada.
Durante la audiencia, Gatti, quien siguió la lectura de la sentencia a través de una conexión de Zoom, recibió la obligación de cumplir con medidas cautelares mientras la sentencia no sea firme. El tribunal ha dispuesto que Gatti se presente diariamente en la fiscalía de su localidad, y los fines de semana en la comisaría más cercana a su domicilio, bajo el riesgo de ser detenido si no cumple con estas obligaciones.
La decisión del tribunal se tomó tras una audiencia de cesura en la que se discutió la pena. La defensa de Gatti había solicitado una pena de tres a cuatro años de prisión, mientras que la fiscalía pidió ocho años y la parte querellante, encabezada por la abogada Gabriela Prokopiw, solicitó diez años. Finalmente, los jueces dictaron una pena de seis años.
A raíz de la condena, la fiscalía y la querella pidieron la prisión preventiva en lugar de las medidas cautelares actuales, argumentando que la condena efectiva implica un riesgo de fuga. La defensa, por su parte, se opuso a la prisión preventiva y sugirió la posibilidad de una prisión domiciliaria. El tribunal decidió mantener las medidas actuales, con presentaciones diarias y fines de semana, hasta que la sentencia quede firme.
El proceso judicial comenzó con la investigación de los delitos cometidos por Gatti, quien fue hallado en posesión de 50 videos con imágenes de abuso sexual infantil en su computadora y otros dispositivos electrónicos. Estos videos, que fueron descargados y compartidos en la plataforma E-Mule, fueron el eje central de la acusación. La prueba científica y técnica presentada en el juicio fue clave para establecer la responsabilidad del acusado, quien fue el único ocupante de su vivienda durante el período de tiempo en que los videos fueron visualizados.
La pena impuesta se ajustó a los pedidos mínimos y máximos solicitados por las partes en la audiencia de cesura. La defensa había solicitado una pena menor, de tres a cuatro años, mientras que la fiscalía y la querella habían pedido penas de ocho y diez años, respectivamente. La gravedad de los delitos y la evidencia presentada en el juicio llevaron a la imposición de la pena de seis años de prisión.
Tras la sentencia, la fiscalía y la parte querellante solicitaron la prisión preventiva de Gatti, reemplazando las medidas cautelares previas. Sin embargo, la defensa argumentó que Gatti había cumplido adecuadamente con las medidas anteriores y propuso, en su defecto, una prisión domiciliaria.