Este martes, Irán lanzó un ataque masivo con misiles contra Israel, desatando alarmas en todo el país y llevando a las autoridades a instar a la población a buscar refugio.
El ataque comenzó alrededor de las 19:45, cuando decenas de misiles fueron disparados hacia territorio israelí, provocando explosiones en ciudades como Jerusalén y Tel Aviv. A pesar de la intensidad del asalto, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que no se habían registrado heridos graves, permitiendo posteriormente a los ciudadanos salir de los refugios en todas las áreas afectadas.
Según las FDI, se estima que Irán lanzó alrededor de 180 misiles, aunque el ejército de EE.UU. eleva esa cifra a 200. La mayoría de los proyectiles fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea israelíes, apoyados por buques de guerra estadounidenses que se encontraban en la región, lo que minimizó el impacto del ataque.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reaccionó rápidamente, asegurando que Irán "cometió un gran error" y prometiendo que "pagarán por ello". Sus declaraciones reflejan la creciente tensión entre ambos países y la determinación de Israel de responder a cualquier amenaza a su seguridad.
Este ataque marca un nuevo escalón en la escalada de hostilidades en la región, aumentando las preocupaciones sobre un conflicto más amplio. La comunidad internacional observa de cerca la situación, mientras Israel refuerza sus medidas de seguridad y se prepara para posibles represalias.