EL 70% DE LOS ARGENTINOS GANA MENOS DE $500.000: CRECE LA DESIGUALDAD Y LA POBREZA

Un reciente informe del INDEC revela que el ingreso promedio en Argentina se sitúa en $473.924, con una alarmante cifra del 70% de la población ganando menos de $550.000 al mes. La creciente desigualdad y un aumento en la pobreza se destacan como preocupantes tendencias económicas.
 

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el ingreso promedio de los trabajadores en Argentina es de $473.924, con un ingreso mediano de $370.000. Esta situación refleja un panorama desalentador, donde el 70% de la población ocupada se encuentra por debajo del límite de $550.000.

Para los primeros cuatro deciles de ingresos, el promedio se reduce a solo $153.323, mientras que los deciles más altos alcanzan cifras significativas, con un promedio de $1.145.011 en los últimos dos deciles.

El informe también señala que el 70% de los hogares argentinos recibe ingresos de hasta $950.000. En contraste, la Canasta Básica Total para una familia tipo asciende a $873.168, marcando la línea de pobreza, mientras que la Canasta Básica Alimentaria, que determina la indigencia, se sitúa en $393.319. Estos datos subrayan el desajuste entre los ingresos y el costo de vida, agravando la situación de millones de familias.

El panorama se complica aún más con el aumento de la pobreza, que alcanzó el 52,9% al finalizar el primer semestre de 2024, un aumento notable respecto al 41,7% del año anterior. Además, la indigencia también creció, alcanzando al 18,1% de la población.

Estos índices reflejan la profunda crisis económica que enfrenta el país, exacerbada por la desigualdad de ingresos, donde el coeficiente de Gini aumentó a 0,436, evidenciando un incremento en la disparidad económica.
 
Mientras tanto, el INDEC señala que el 20% más rico de la población se define por ingresos superiores a $1,2 millones, con una clara diferencia de ingresos entre hombres ($532.370) y mujeres ($386.928). Esta situación plantea un desafío crítico para las políticas públicas, ya que la lucha contra la pobreza y la desigualdad se vuelve cada vez más urgente en un contexto económico adverso.