Marina Silva, subinspectora de la policía, mató a sus hijos de 2 y 7 años en su hogar en San Luis. Las investigaciones revelaron que la mujer acumulaba deudas millonarias con varias entidades financieras, lo que habría contribuido a su trágica decisión. Ahora enfrenta cargos que podrían llevarla a prisión perpetua.
En la madrugada del martes, Marina Abigail Silva, una subinspectora de 30 años, disparó y mató a sus hijos de 2 y 7 años en su casa del barrio Los Fresnos, San Luis. El hecho, que conmocionó a la provincia, reveló detalles oscuros sobre la vida de la oficial. Luego del crimen, su padre afirmó que Marina atravesaba una profunda crisis económica con deudas que ascendían a más de 6,7 millones de pesos, distribuidas entre bancos y entidades financieras.
Según el informe de la Central de Deudores del Banco Central, Silva debía más de 3 millones de pesos al Banco Nación, 2,2 millones a Montemar, y cantidades menores a otras entidades como Credlap y Mercado Pago. La presión financiera habría sido un factor determinante en el desenlace, ya que la oficial, según trascendió, dejó una carta de despedida explicando que no pudo manejar la situación y pidió perdón a sus familiares.
El martes por la mañana, Silva utilizó su arma reglamentaria para disparar a sus hijos mientras dormían. Aprovechó el momento en que estaban indefensos, disparó contra ellos tras ponerles almohadas en la cabeza, y luego intentó quitarse la vida. Sin embargo, fue encontrada por agentes de la policía antes de cumplir con su plan y fue detenida.
Actualmente, Marina Silva está imputada por homicidio doblemente calificado por alevosía y por el vínculo, agravado por el uso de un arma de fuego. Con estos cargos, enfrenta una pena de prisión perpetua. La fiscalía dictó prisión preventiva y la oficial fue trasladada al Servicio Penitenciario Provincial, donde permanecerá durante los próximos 120 días a la espera de un juicio.