El Instituto Provincial del Seguro de Salud (IPROSS) ha dado un paso contundente al presentar hoy dos denuncias penales por defraudación, apuntando a un médico de Río Colorado y a una afiliada de General Roca. Estas acciones, firmadas por la titular del IPROSS, Marcela Ávila, junto a los vocales de la Junta de Administración, son el resultado de rigurosas auditorías que identificaron maniobras fraudulentas en el uso de los recursos de la obra social.<br /> <br /> En el primer caso, un médico de Río Colorado está acusado de haber recetado de manera repetida una ampolla de toxina botulínica (botox), cuyo costo asciende a alrededor de $800.000, a nombre de diferentes afiliados del IPROSS. Sin embargo, este insumo no era para los afiliados, sino para terceras personas. La denuncia alega que estas acciones fueron realizadas de forma intencional, con el objetivo de que el Instituto cubriera un tratamiento que debería ser financiado por otra obra social o por los propios pacientes no afiliados.<br /> <br /> La segunda denuncia recae sobre una afiliada de General Roca, quien supuestamente falsificó múltiples facturas para recibir un reintegro del IPROSS por tratamientos destinados a su hija, una niña con discapacidad que es afiliada indirecta. Tras un exhaustivo sumario, se comprobó que los números de autorización de las facturas no eran auténticos y que los CUITs no correspondían a los emisores indicados. Durante el proceso, la afiliada no presentó defensa ni pruebas que refutaran las acusaciones en su contra.<br /> <br /> Cabe destacar que esta no es la primera vez que IPROSS enfrenta casos de fraude; en junio pasado, se presentaron otras tres denuncias similares que actualmente están en curso judicial. Estos episodios subrayan la importancia de las auditorías en la protección de los recursos de la obra social y en la lucha contra el fraude en el sistema de salud.