Con mediación de Estados Unidos y Francia, Israel y el Líbano pactaron un alto el fuego que busca ser permanente. El acuerdo establece una tregua inicial de 60 días, el retiro de fuerzas y la supervisión internacional para evitar nuevas hostilidades.
Tras más de un año de enfrentamientos fronterizos que culminaron en una guerra total en septiembre, Israel y Hezbollah han alcanzado un acuerdo de alto el fuego respaldado por Estados Unidos y Francia. El presidente Joe Biden anunció que la tregua, diseñada como un cese permanente de hostilidades, entrará en vigor este miércoles a las 4 a.m., hora local del Líbano.
El acuerdo estipula un período inicial de 60 días de cese de hostilidades. Durante este tiempo, Hezbollah deberá retirar a sus combatientes a 40 kilómetros de la frontera con Israel, mientras las tropas israelíes se retirarán del territorio libanés.
Además, se implementará una vigilancia estricta en la región sur del río Litani, supervisada por soldados de paz de la ONU, el ejército libanés y un comité internacional.
Aunque el alto el fuego promete aliviar la crisis humanitaria, persisten dudas sobre su duración. Israel ha advertido que reanudará las operaciones militares si Hezbollah incumple el acuerdo, mientras que ambas partes mantienen posiciones firmes sobre el control fronterizo.
El conflicto, que dejó cientos de muertos y miles de desplazados en ambos lados de la frontera, tuvo su punto álgido en septiembre con el asesinato del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah. Pese a las tensiones históricas, el precedente de la tregua de 2006, que mantuvo la calma durante casi dos décadas, ofrece esperanza para una paz más duradera en la región.