Un partido en N’Zérékoré, al sudeste de Guinea, terminó en una tragedia con más de 50 fallecidos tras protestas contra decisiones arbitrales. Los incidentes incluyeron avalanchas, enfrentamientos y el colapso de los servicios de emergencia.
Una tragedia sacudió al fútbol en Guinea cuando un partido entre Labé y N’Zérékoré, disputado en un torneo en honor al jefe de la junta militar Mamady Doumbouya, dejó un saldo de al menos 56 muertos y numerosos heridos.
Los hechos ocurrieron tras una expulsión sobre el final del encuentro, lo que desató protestas violentas por parte de los aficionados. Según las autoridades, los disturbios incluyeron el lanzamiento de piedras, enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y una avalancha mortal en el estadio.
Medios locales informaron que los hospitales y morgues de la región colapsaron debido a la cantidad de víctimas. Además, se reportó el incendio de una comisaría cercana, mientras la televisión nacional calificó la situación como "una tragedia que conmociona al mundo del fútbol".
Amadou Oury Bah, primer ministro y jefe del gobierno militar, emitió un comunicado llamando a la calma: “El gobierno deplora profundamente los incidentes y sigue la evolución de la situación para garantizar atención a los heridos”.
Esta tragedia deja al descubierto la fragilidad de las condiciones de seguridad en los eventos deportivos del país y genera un profundo impacto en la comunidad futbolística internacional.