El Senado de la Nación activará en enero la controvertida “Dieta 13”, un sistema aprobado en abril que incluye medio aguinaldo para los legisladores. Este beneficio representa un ingreso bruto cercano a los 2,5 millones de pesos por senador y surge en medio del debate sobre la prórroga del congelamiento de haberes, que vence al finalizar 2024.
La “Dieta 13” forma parte de una reforma de las dietas legislativas que añadió módulos destinados a gastos de representación y desarraigo. No obstante, solo cuatro senadores renunciaron a este último ítem, mientras que la legisladora Alicia Kirchner optó por mantener su jubilación, declinando el cobro de salario en su función como senadora.
En julio, el Senado había decidido congelar sus dietas hasta fin de año, anulando un aumento del 6,6%. Sin embargo, algunos legisladores sostienen que este congelamiento no debe aplicarse a las actualizaciones futuras, lo que podría llevar las dietas a superar los 9 millones de pesos en bruto en 2025.
El descongelamiento de haberes divide opiniones en la Cámara alta. Mientras algunos senadores proponen que sea la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, quien decida extender el congelamiento, otros prefieren no tomar iniciativas que puedan politizar aún más el clima interno.
El nuevo esquema de Ganancias, que afecta todos los conceptos salariales, también ha generado preocupación entre los legisladores, quienes reportaron reducciones en sus ingresos netos en los últimos meses.
La discusión sobre la financiación de la política y la calidad de los representantes sigue siendo un tema recurrente. En este contexto, la “Dieta 13” se suma a las tensiones que caracterizan el cierre del año legislativo en el Senado.