
Pese a los más de 20 heridos que dejó la movilización de los jubilados e hinchas de fútbol del pasado miércoles, desde el entorno que rodea al presidente Javier Milei relativizaron el impacto de la represión policial y respaldaron a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, encargada del mega operativo desplegado en las inmediaciones del Congreso.
En Balcarce 50 aseguraron que la funcionaria no acciona sin el total respaldo del mandatario, y vaticinaron que las crudas imágenes de los golpes registrados en la protesta “no afectarán en nada” al Gobierno. “La diferencia con Mauricio es que él se quedaba a la mitad”, sostuvieron ante la comparativa que el exmandatario realizó en sus redes sociales respecto a la masiva manifestación que tuvo lugar en 2017, y que culminó en enfrentamientos y represión policial, mientras el Congreso trataba la reforma previsional.
"Lo de ayer fue ganancia pura porque muestra la virulencia de la violencia con la que fueron”, sostuvo un funcionario ante la agencia Noticias Argentinas, y agregó: “La mayoría de la población apoya la determinación de terminar con esos actos”.
Lo cierto es que en la mesa chica libertaria se escudan en la composición de la manifestación al destacar la presencia de lo que definen como “barras bravas”, luego de que varias hinchadas del fútbol argentino convocaran a movilizar en defensa de los jubilados.
“Son mercenarios pagos”, definieron respecto la presencia de representantes de las distintas hinchadas, a los que vincularon sin pensar al kirchnerismo y a la izquierda.
En paralelo, los principales actores del Gabinete apuestan a instalar que la movilización configura un “intento de golpe de Estado” contra la administración libertaria de sectores opositores. Como es habitual, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue el primero en plantear el tema discutido internamente y pregonado por los trolls en redes sociales.
“Hay grupos de la política que intentan desestabilizar al Gobierno”, sentenció Francos en declaraciones radiales, y añadió: “Esta marcha estaba totalmente organizada al grito de ‘que se vayan todos’, que lo que se pretende es una especie de golpe de Estado”.
Por su parte, reafirmó a Patricia Bullrich en el cargo, y descartó la presencia de jubilados en la manifestación. “Era una presión de un sector de bárbaros, activistas políticos que iban con la intención de generar el caos. Fueron reprimidos como corresponde por las fuerzas públicas, no se puede dejar que avance eso sin ningún control”, definió.
A contramano se mostró la vicepresidenta Victoria Villarruel, una vez más, con posición propia, al mostrarse en solidaridad con “todos los heridos”, y argumentar que la movilización configura “un ejercicio de la democracia”.
“La violencia no es la herramienta para manifestarse ni para defender ninguna causa”, sentenció, además, en una clara ruptura del alineamiento de Casa Rosada.
Asimismo, Bullrich, la ministra apuntada por la oposición, vinculó al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y el ex de Lomas de Zamora Martín Insaurralde con los disturbios, y aportó su granito de arena a la barricada de la defensa: “El objetivo es desestabilizar a este Gobierno y van a hacerlo todos los miércoles, pero Argentina logró vivir en paz y es por eso que actuamos desde el primer minuto”, se justificó.
El pronunciamiento alcanzó además a Mariano Cúneo Libarona, titular de la cartera de Justicia, que no solo se pronunció a favor del accionar policial, sino que cuestionó también a la jueza porteña Karina Giselle Andrade, quien ordenó la liberación de los 94 detenidos durante la protesta.
En disenso, Cúneo Libarona anunció que denunciará a Andrade ante el Consejo de la Magistratura. A la cruzada se plegó el vocero presidencial, Manuel Adorni, tras tildar a la magistrada de “cómplice”, y remarcar que “la justicia de la puerta giratoria es responsable directa de la inseguridad en la Argentina”.
El secretario del Interior, Lisandro Catalán, que logró sortear las sospechas en su contra que mantuvo la secretaria de la Presidencia, Karina Milei, y que la llevaron a marginarlo de las reuniones de Gabinete, no quiso perderse la posibilidad de mostrarse en sintonía.
Para eso, en uso de sus redes sociales, Catalán expresó: “Los disturbios que vimos ayer frente al Congreso son una muestra más de lo que los argentinos decidimos dejar atrás: una marcha organizada para generar violencia e intentar desestabilizar a un Gobierno que está llevando adelante un cambio de paradigma”.
“Vamos a seguir firmes en la decisión de mantener la tranquilidad en las calles y la estabilidad económica para que los argentinos puedan circular y trabajar en libertad”, concluyó.
