En un contexto de escasez ganadera, frigoríficos que operan al límite y señales de recuperación del consumo interno, la industria cárnica argentina encendió una fuerte alarma: si no se toman medidas urgentes, podría haber importantes aumentos en el precio de la carne vacuna durante el segundo semestre del año.
El escenario fue planteado en un encuentro de la Mesa de las Carnes, donde productores, representantes de frigoríficos y exportadores coincidieron en el diagnóstico crítico. Según datos oficiales, el stock bovino nacional cayó a 51,6 millones de cabezas, con una pérdida de 2,6 millones de animales en dos años, atribuida a la sequía y ventas forzadas.
“El 70% de nuestra producción va al mercado interno. Si hay una recuperación del salario, la demanda va a crecer y no vamos a tener hacienda suficiente para abastecerla. Eso va a hacer subir los precios”, advirtió Sebastián Bendayán, de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa).
En mayo, el consumo interno repuntó levemente a 49,5 kilos por habitante al año, aunque sigue muy por debajo del promedio histórico y de los niveles prepandemia.
Desde el sector aseguran que la falta de crecimiento del rodeo ganadero es un problema estructural. “En 1978 había 50 millones de cabezas con la mitad de la población actual. Hoy seguimos con el mismo número de animales”, señaló Ernesto Lowenstein, de la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica), quien también denunció la “ociosidad industrial” y la caída de la faena por falta de hacienda terminada.
Además, alertan sobre la pérdida de competitividad frente a Brasil en el mercado chino, principal destino de exportación, y reclaman reformas fiscales urgentes: eliminar el Impuesto a las Ganancias por tenencia de animales, revisar el IVA a las inversiones, y recuperar la eficiencia del Senasa, a quien critican por falta de recursos y controles.
“El productor perdió confianza. Sin reglas claras y previsibilidad, no hay inversión posible”, planteó Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa de las Carnes.
Con un stock en mínimos históricos, un sector industrial debilitado y una demanda que podría aumentar, la cadena cárnica argentina pide medidas urgentes. Si no se actúa a tiempo, advierten, los aumentos de precios serán inevitables y se profundizará el impacto en el consumo y la inflación.
