La situación de los trenes argentinos está lejos de ser óptima. El pasado martes 11, una de las formaciones del tren Sarmiento descarriló en el barrio de Liniers, en la Ciudad de Buenos Aires y este hecho derivó en que los trabajadores del sector volvieran a denunciar falta de mantenimiento, escases de personal y salarios de “pobreza”.
El maquinista que comandaba el tren que descarriló fue sometido a un análisis de laboratorio para conocer el estado físico que tenía en ese momento y descartar la ingesta de alcohol y /o drogas: El resultado, finalmente, dio negativo y, además, se confirmó que el incidente no fue consecuencia de errores humanos.
Los mismos trabajadores, informaron a Noticias Argentinas, que en este caso hubo “un problema técnico y volvió a fallar la seguridad” y, por ese motivo, “cientos de miles de personas” que viajan sobre el tren corren riesgos de forma “constante” y quienes tienen la responsabilidad de que eso no suceda, “no resuelven los problemas de fondo”.
Este hecho se suma al reclamo que publicó La Fraternidad, el sindicato de los trabajadores tranviarios conducido por Omar Maturano, en un comunicado publicado en septiembre de este año, mismo mes en el que definieron varias jornadas no consecutivas, en las cuales redujeron la velocidad de los trenes a 30kms. En cada uno de esos días, el gremio confirmó que esa decisión nada tenía que ver con “una medida de fuerza”, sino que la decisión de bajar la velocidad de las formaciones se debía a la “falta de mantenimiento” de las vías.
La misma problemática, también, había sido motivo de reclamo por parte de Unión Ferroviaria (UF), gremio disidente de La Fraternidad, conducido por Rubén ‘Pollo’ Sobrero, quienes informaron a la Sociedad Operador Ferroviaria, a la Subgerencia de Infraestructura y al jefe de Señalamiento, el estado de las bases de los trenes y la “falta de insumos y herramientas de trabajo”.
Noticias Argentinas accedió a documentos y declaraciones exclusivas de gremios, delegados y trabajadores del sector que cuentan esta situación desde adentro.
Cristian Duarte, empleado del Ferrocarril Sarmiento y miembro del cuerpo de delegados, sostuvo que “entienden el enojo y la poca paciencia” de los usuarios porque, en definitiva, ambas partes “padecen el mal servicio” de los trenes.
“Hace décadas existen problemas de infraestructura centrales sin solución, pero ahora se encuentra agudizado con la motosierra del Gobierno Nacional y con el ajuste que cae sobre los ferrocarriles, que terminó desencadenando hace días en un nuevo hecho, un descarrilamiento que no debía haber sucedido. Por suerte no fue más grave, debido a que el tren recién salía de la estación de Liniers y tenía poca velocidad… de haber sido en un tramo donde había mayor velocidad, hubiésemos lamentado una consecuencia peor”, aseguró Duarte.
En la misma línea, indicó que los trabajadores del ferrocarril “siempre defienden su lugar de trabajo”, sin embargo, también denuncian aquellas cuestiones “que están mal” y “documentan todo”, incluso, Noticias Argentinas tuvo acceso a muchas de esas imágenes y denuncias presentadas.
“No se puede cumplir con la norma ISO 9001 por falta de repuestos homologados, en especial por un sistema se señalamiento vetusto y emparchado con distintas tecnologías (inglesa 1930; francesa 1980; japonesa, estadounidense, alemana y china). Ello así, impide el cumplimiento de la normativa técnica operativa y de seguridad del sector”, explica una de las argumentaciones del documento que presentó UF.
