La sentencia de la jueza Loretta Preska, a cargo de la corte del Distrito Sur de Nueva York, donde se dirimen las denuncias vinculadas a Wall Street, acumula ya más de USD 17.000 millones. De esa cifra, USD 1.000 millones corresponden a este año, el primero de Javier Milei como presidente.
El bufete de abogados inglés Burford Capital, especialista en este tipo de litigios, es el principal beneficiario de ese momento, aunque ya vendió en el mercado el 60% del juicio para pagar los USD 400 millones que gastó hasta hoy en la demanda.
Burford apuesta a cobrar este año, según confirmó Infobae de varias fuentes vinculadas a la causa. Mientras litiga en el tribunal de primera instancia cuestiones paralelas, como lograr que la justicia de EEUU diga que YPF hace lo que el estado argentino le ordena (a pesar de ser su principal accionista, la petrolera es una empresa privada que cotiza en Wall Street), pedir embargos contra el país y exigir quedarse con las acciones del Estado en la compañía como parte de pago, apuesta todo a otra instancia judicial: la apelación que hizo el país luego del fallo de Preska.
Cree que tiene todas las de ganar y por eso busca negociar de alguna manera con el Gobierno. No tuvo éxito por el momento, pero saben que un fallo adverso en segunda instancia puede acelerar todo.
Esa instancia de apelación, que deberá decidir si el fallo de Preska es correcto, fue presentada por Argentina en octubre del 2023 y desde septiembre del año pasado las partes ya no pudieron adjuntar más documentos al trámite. Ahora, solo resta esperar. En EEUU no se conoce qué jueces componen la Corte de apelaciones hasta que éstos aceptan argumentos orales (las partes los solicitaron) o, directamente, fallan.
Según Sebastián Maril, CEO de Latin Advisors y experto en este largo caso, sólo en el 32% de los casos el Segundo Circuito de Apelación acepta argumentos orales (básicamente, dudas y consultas), algo que pasaría entre febrero y junio de este año y que podría darse porque está involucrado un estado soberano. O sea, es muy probable que la apelación se defina este año: en junio o en diciembre. Si el fallo fuera adverso, Argentina podría recurrir, como última instancia, a la Corte Suprema de EEUU, donde ya tuvo un fallo negativo en 2018, cuando el máximo tribunal prefirió no analizar el caso.
“No creo que Argentina vuelva a la Corte de EEUU en este caso. Si la apelación es contraria al país, van a tener que negociar. Pero sería importante que eso se comience a hacer ahora, antes del fallo. Después, la posición será de mayor debilidad”, explicó Maril.
Mientras tanto, el bufete inglés mira atento la baja del riesgo país y el buen clima de negocios local. YPF, cuyas acciones en Wall Street saltaron más de 170% en un año, encabeza el boom bursátil.
“Están dadas las condiciones, algo que antes no pasaba. Burford está dispuesto a negociar y estudiar escenarios, el tema es que el Gobierno lo haga”, asegura una fuente cercana a la causa.