Las elecciones presidenciales en Uruguay están marcadas por la candidatura de Yamandú Orsi, quien lidera las encuestas, aunque se anticipa un balotaje contra Álvaro Delgado, el delfín del actual presidente. Con 2,7 millones de uruguayos habilitados para votar, el futuro político del país se definirá en las urnas.
Este domingo, Uruguay cierra su calendario electoral de 2024 con la elección de un nuevo presidente y la renovación completa del Parlamento, que consta de 30 senadores y 99 diputados.
A pesar de la amplia oferta de 11 candidatos, los focos se centran en dos figuras clave: Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional. Según las encuestas, Orsi se encuentra cómodamente en la delantera, con un 44% de intención de voto frente al 24% de Delgado.
Sin embargo, los pronósticos sugieren que, si ninguno de los candidatos supera el 50% de los votos, el país podría enfrentar un balotaje el 24 de noviembre. En este escenario, la dinámica electoral podría cambiar, ya que Delgado podría sumar apoyos de otros candidatos, como Andrés Ojeda del Partido Colorado y Guido Manini Ríos de Cabildo Abierto, actual aliado del oficialismo.
Además de la elección presidencial, los votantes uruguayos decidirán en dos plebiscitos sobre temas cruciales: una reforma previsional que busca bajar la edad jubilatoria y la autorización de allanamientos nocturnos, actualmente prohibidos por la Constitución. Estos temas se suman a un clima electoral que ya es intenso, con Orsi como el heredero del carisma del expresidente José Pepe Mujica, quien actualmente lucha contra el cáncer.
A los 57 años, Orsi se presenta como un progresista pragmático, en la tradición de Mujica. Originario de Canelones, se ha caracterizado por su enfoque nacionalista dentro de la izquierda, una combinación que podría ser clave para atraer a votantes moderados. Mientras los ciudadanos se preparan para la jornada electoral, el futuro político de Uruguay pende de un hilo en un contexto de gran expectativa.