Sobre el trabajo del personal de salud en medio de la pandemia de COVID-19, opinó para Télam la Prof. Dra. Silvia González Ayala, profesora titular Cátedra de Infectología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.
La pandemia de la enfermedad (Covid-19) producida por el coronavirus emergente (SARS-CoV-2) nos enfrenta a una situación extraordinaria no solo en salud sino también en las relaciones sociales, las escalas morales, la libertad, la economía, la política y a una pandemia de miedo.
La secuencia ha sido vertiginosa desde la comunicación del agrupamiento de los casos de neumonía grave en la ciudad de Wuhan (China) en diciembre 2019 a la declaración de la pandemia el 11 de marzo.
La situación es muy crítica, con el desborde en la capacidad de brindar asistencia médica en algunos países de Europa y los Estados Unidos sumado a los miles de millones de personas en confinamiento social.
El panorama en numerosos países de la América Latina es incierto por la inequidad social: la desnutrición / malnutrición y las precarias condiciones habitacionales (vivienda no digna, hacinamiento, carencia de provisión de agua segura) en un porcentaje variable de la población, la pirámide poblacional y las características del sistema de salud. Hasta ahora el impacto descrito en la edad pediátrica es < 2% tanto en China como en Italia; en los Estados Unidos han fallecido lactantes previamente sanos lo que constituye un llamado de atención.
En Ecuador, particularmente en la ciudad de Guayaquil, el escenario es diferente y desgarrador; duplica el número de casos cada 1-2 días; el período más breve observado en la evolución de la pandemia en la medida que afecta a los distintos países.
Al virus apenas lo conocemos al igual que la respuesta inmune en los infectados/enfermos. Ha mutado en los diferentes países lo que permite evaluar el origen de la introducción en una comunidad; pero, se desconoce la implicancia clínica de estos hallazgos. Aprendemos en el día a día el espectro de las manifestaciones clínicas, la transmisión, la metodología diagnóstica, etc. debido a la generosidad de los colegas, las universidades y las revistas médicas, que han puesto a disposición gratuitamente los hallazgos en sus plataformas.
El personal del equipo de salud presta servicios en condiciones deficitarias por la provisión insuficiente de equipos para la protección personal, el número de personas a asistir, el establecimiento de los Protocolos de Ética y de Tratamientos Compasivos y Experimentales, el cansancio psicofísico y la enorme presión social.
Las autoridades políticas y la sociedad recién ahora, en la grave emergencia, consideran a los miembros del equipo de salud y nos llaman héroes.
No somos héroes. Somos personas que, por vocación elegimos una profesión, que hemos trabajado y trabajamos con convicción y compromiso y que, una vez más aunque como nunca antes en la magnitud de la adversidad, seguimos brindando asistencia lo mejor posible y con riesgo aumentado para nuestras propias vidas.
Sin duda, la pandemia de Covid-19 es una bisagra que cambiará la configuración mundial. Albert Camus escribió "la verdadera generosidad hacia el futuro está en darlo todo en el presente", ¡hagámoslo todos!.